Vivan los pasteles franceses 2/2

Un día no muy lejano en el tiempo os hablaré de mi amor hacia las tartas Saint Honoré. Aquí os enseño la mini versión que nos tomamos en Lille, de la pastelería Meert. Me encantó el lugar, la tarta, el resto de dulces y sus dependientes. Y es que según acabamos la tarta (sí, en la calle y haciendo (yo) ruídos guturales a cada bocado). Era tanta la emoción, que Alguien me dijo que volviese a entrar en la pastelería otra vez y les dijese lo buenísima que había estado la tarta. Me daba una vergüenza horrible, pero después de mucho «que no voy», «que sí, que vayas», fui. Al chico que me atendió se le puso una gran sonrisa en la cara y me regaló un gofre relleno. Felicidad absoluta es lo que me dio.

No sé muy bien por qué, me fui sin hacer una foto de los gofres… Menos mal que David tiene una ;-) Había varios rellenos para los gofres, solo probé vainilla y pistacho. Gana por goleada la vainilla.

La verdad es que fue curioso porque no fue la única vez que me regalaron algo comprando comida allí, al comprar vainas de vainilla me regalaron unas ramitas de canela (en plan «me has caído bien»). Si algún día tengo yo esa posibilidad, haré lo mismo. Pensando en la bondad de la gente, me acabo de acordar que este pasado sábado, mi pescadero me regaló unas gambas (le pedí 10 gambas, me puso más y no me las cobró, le debió de hacer gracia que solo quisiera ese número concreto). No me digáis que la vida no es bonita cuando la gente hace cosas buenas por la gente.

Qué gusto, qué finura, disfruto tanto mirando pasteles como estos… Para mí son pequeñas obras de arte, tan minuciosamente ejecutadas, tan bonitas, tan deliciosas… Y además, saber que están hechas a mano por gente que despierta de madrugada para que todos estos dulces estén listos a primera hora. Gracias, pasteleros.

6 respuestas a “Vivan los pasteles franceses 2/2

  1. Marhya

    Hay muy buena gente por el mundo, parece que siempre nos fijamos en los que no lo son, precisamente porque nos molestan y nos tienen dando vueltas a la cabeza más tiempo, pero yo estoy segura de que hay mucha más gente que merece la pena, que gente que no la merece.
    Me quedo babeando con los pasteles.
    Un beso.

    • Ana

      Yo también espero que así sea, que la proporción buena sea superior a la menos buena ;-) de hecho, creo que todos somos buenos hasta que nos cruzamos con nuestras circunstancias… y ahí es cuando decidimos cómo ser.
      Yo también sigo babeando :-D
      ¡Un beso!

  2. Paula

    Qué rico!!!! Y dentro de nada te veo haciendo la Saint Honoré en casa, ¿no? :P

    A mí me parece estupendo que Alguien te animase a entrar, y que te decidieras. Supongo que es bonito, mientras estás trabajando, que alguien entre a decirte algo bonito, te alegra al menos medio día, ¡oye!

    Y además, si nos pasa algo malo en algún sitio, lo contamos, puede que hasta pongamos una queja por escrito o le digamos algo al empleado al que le toque… Pero cuando hay algo bueno, lo disfrutamos y comentamos en casa, pero sin más.

    Un besito!!!!
    PD: Lo difícil tuvo que ser elegir entre tanta cosa!!!

    • Ana

      Paula, me has pillado :-P ;-)

      Sí, a ti te parece estupendo que Alguien me animase a entrar, pero me gustaría ver si tú no hubieses sufrido lo mismo que yo antes de entrar (y mira que suelo tener poca vergüenza jajaja). Pero ciertamente repetiré el gesto, no por el regalo sino por la buena sensación que deja :-D

      No fue tan difícil elegir, si hay St Honoré, es St Honoré xD Aunque no me habría importado llevarme algún pastel extra… pero no, que soy fuerte.

      ¡¡Un beso!!

      P.S.: Yo soy de las de hoja de reclamaciones ;-) y es verdad que ¡¡la gente también merece oir lo bien que hacen su trabajo!!

Deja un comentario